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lunes, 26 de abril de 2021

LA EVOLUCIÓN COMO UN CONJUNTO DE PROCESOS INTERCONECTADOS EN LA LUCHA POR LA VIDA (2020)

  Varias de las mentes más brillantes de la historia, y particularmente de la ciencia moderna, han tratado este tema en mucha profundidad, presentando distintos mecanismos mediante los que podría funcionar la aparición de las diferentes especies. Quizá la posición más conocida comúnmente hoy en día sea la de Charles Darwin en su obra: On the Origin of Species. La posición presentada por Darwin fue un avance sin precedentes en su contexto científico. Pero no es perfecta ni está completa, y esto no es sorpresa, pues el mismo autor escribe las críticas que recibe de sus compañeros en la exposición de su tesis.

Es, pues, el propósito de este ensayo comparar la visión Darwiniana con otras de la época y con algunas más recientes, buscando las posibles compatibilidades y la solución a los huecos de la teoría de la evolución desde la perspectiva de la Filosofía de la Naturaleza. Antes de comenzar, es necesario advertir que el estudio de la vida y la evolución es inconmensurablemente amplio, por esto debemos tener en cuenta tantos puntos de vista como nos sea posible.

Comenzamos analizando los principales problemas que se han encontrado a la teoría de la evolución y sus soluciones:

La primera dificultad (y la más habitualmente esgrimida como refutación) es la ausencia o rareza de variedades de transición. Fue el mismo Darwin quien expresó esta dificultad1. Ya desde el inicio, Darwin dio una razón para este fenómeno: simplemente, el registro fósil no es tan perfecto como comúnmente se supone. Por otra parte, a pesar de las lagunas del registro, la paleontología ha conseguido encontrar evidencia fósil de varias “especies de transición”2. Un claro ejemplo son los 12 especímenes encontrados de Archaeopteryx; que, aunque han sido sujetos a acusaciones de fraude3, estas han sido refutadas de manera muy rigurosa4. Pienso que es trabajo del filósofo de la naturaleza buscar el sentido común en las discusiones tan profundamente técnicas como esta. Debemos ver todos los hechos en su conjunto y darnos cuenta de que: tanto la posible falsificación de los especímenes, como su posible conservación y estado natural son cuestiones de explicación muy compleja. Por esto creo que teniendo en cuenta el número de fósiles encontrados (tanto de animales casi completos, como de plumas sueltas) podemos estar bastante seguros de que no nos encontramos ante un fraude.

Sin embargo, a mi parecer existe otra razón por la que resulta verosímil que no encontremos tantas especies transitorias, esta es la hibridación. Y es que creo que la idea de la evolución como un proceso lineal en una única dirección no es correcta. Sí es cierto que las mutaciones genéticas dentro de las poblaciones de individuos iguales juegan el papel principal en la transformación de una especie, o en la creación de una nueva. Pero este no es el único proceso mediante el cual se da la variación genética: en la naturaleza pueden darse los cruces de especies. Y este punto debemos tratarlo con matices y cautela, pues depende de muchos factores.

        Lo importante es que, a pesar de que en muchos casos la descendencia resulta estéril, se dan ocasiones en las que dos especies no tan distintas se cruzan y forman una nueva. Esto ocurre especialmente rápido si los descendientes no desean o no consiguen aparearse con individuos de las dos “especies madre” y tienen que aparearse entre ellos. Este fenómeno fue observado directamente por el matrimonio Grant en aves de las islas Galápagos5. De esta manera se crea una nueva familia de individuos que, al no mezclarse con otras, puede llegar a diferenciarse lo suficiente como para considerarla una nueva especie. La consecuencia de esto es que cada especie no tiene una única línea de evolución, sino que gracias a estos distintos procesos tiene varias líneas interconectadas. Por esto no encontraríamos un ancestro directo como una forma más primitiva de la forma actual, encontraríamos varios, que no son más simples, sino distintos.

La segunda dificultad surge al observar los órganos de increíble complejidad que encontramos en los seres vivos. El ejemplo que se suele usar para esto (incluido Darwin) es el del ojo, que por su sofisticación y su perfecto funcionamiento parece diseñado de manera inteligente con el objetivo de ver. Tenemos, pues, dos cuestiones en este mismo problema: la de la complejidad y la de la finalidad. Estas cuestiones son resueltas en la obra de Darwin, pero de manera resumida:

“Reason tells me, that if numerous gradations from a simple and imperfect eye to one complex and perfect can be shown to exist, each grade being useful to its possessor, as is certainly the case; if, further, the eye ever varies and the variations be inherited, as is likewise certainly the case; and if such variations should be useful to any animal under changing conditions of life, then the difficulty of believing that a perfect and complex eye could be formed by natural selection, though insuperable by our imagination, should not be considered as subversive of the theory.”

En realidad, el biólogo francés Jacques Monod quien las explica de manera más clara6. Explica que la cantidad de mutaciones que se dan en los seres no es tan pequeña como podría parecer si tenemos en cuenta todo el conjunto de la población:

“On peut également estimer que le nombre total des mutants de toutes espèces dans cette population est de l'ordre de 105 à 106. A l'échelle de la population, par conséquent, la mutation n'est nullement un phénomène d’exception: c'est la règle.”

Además, une a esto el concepto de teleonomía: “celle d'être des objets doués d'un projet qu'à la fois ils représentent dans leurs structures et accomplissent par leurs performances”7 De esta manera podemos comprender perfectamente cómo podrían formarse mecanismos tan complejos mediante los millones de mutaciones que se dan en los seres vivos, al ser testeadas contra otras mediante la selección natural con un objetivo. Pero este no es un objetivo concreto (por eso no hablamos de teleología), sino que apunta a la perfección del propio organismo.

La última de las dificultades principales que se han puesto a la teoría de la evolución es la ausencia de perfección esperable. Creo que esta cuestión surge de la falsa interpretación de la evolución como un proceso que apunta hacia un objetivo concreto, hacia un ser perfecto y complejo, y a la desaparición de los seres más simples. En todo caso, si pudiéramos hablar de un “objetivo” de la evolución o de la selección natural, este sería el referente a la optimización del animal respecto a su entorno y forma de vida, siendo el único fin la reproducción y multiplicación de la especie. Quizá Aristóteles tuviera ya esta intuición en Partes de los animales, donde afirma: “la naturaleza distribuye siempre, como una persona inteligente, cada órgano a quien puede utilizarlo.”8 Se entiende de esto que no por la posesión de  órganos complejos, un ser vivo es más o menos perfecto que otro. Cada animal y ser vivo tiene los órganos que más le convienen para su subsistencia concreta.

Como el fin de la selección natural no es alcanzar un ser complejo, la perfección en este contexto debe entenderse como: funcionamiento eficaz y eficiente del ser vivo respecto a su entorno y sus necesidades, independientemente del nivel de sofisticación de la especie, con el único objetivo de la supervivencia y, finalmente, la reproducción. Es decir, si una especie se puede mantener de manera estable, lo más probable es que no sufra mutaciones, o por lo menos no tan radicales como las que vemos en otros animales que no presentan esa estabilidad. Y aunque las sufriera, al ya encontrarse de manera estable en el ecosistema, no supondrían una ventaja radical sobre el resto de individuos. Este tipo de organismos son los que hoy en día algunos autores clasifican como stabilomorphs9, algunos ejemplos son el cangrejo herradura (Limulus Poliphemus) y múltiples especies de celacantos (Latimeria).

La cuestión de la estabilidad es mucho más compleja de lo que parece, ya que no siempre significa que una especie se mantenga exactamente igual de una generación a otra. En algunos casos observamos que ciertas especies han alcanzado lo que podríamos llamar “estabilidad dinámica”, donde dependiendo de los cambios en su medio ambiente, los organismos ajustan pequeños aspectos de su morfología sin dejar de ser la misma especie. Quiero dejar claro que aquí estoy hablando de una misma población de individuos en el mismo lugar, pero en distintos momentos en el tiempo; no de distintas poblaciones en distintos lugares.

Es este el caso de una especie concreta de pulga de agua (Daphnia pulex), que ha sido por esto muy estudiadas en el siglo XXI10. Las Daphnia son un tipo de crustáceo minúsculo, pero con suficiente tamaño para ser alimento de pequeños peces. Normalmente, cuando no hay peligro de depredadores, estas criaturas se reproducen de manera asexual, siendo así casi nula la variación entre generaciones. Pero cuando hay depredadores cerca, las Daphnia son capaces de detectarlos mediante sustancias químicas. Estas sustancias son el detonante de cambios tanto de comportamiento como morfológicos: inducen a la reproducción sexual, lo que significa que se dará más variación genética; además, provocan que la colonia pase a situarse en las zonas más profundas (donde no llegan los depredadores); de forma aún más sorprendente, hacen que las nuevas generaciones de Dahpnia sean de tamaño distinto a sus progenitores, más grandes o más pequeñas dependiendo del tipo de depredador; y por último (y más importante) provocan el desarrollo de nuevas partes del cuerpo preparadas exclusivamente para la defensa. Estas estructuras defensivas, que aparecen solo cuando son necesarias, demuestran que decir que una especie ha alcanzado un estado estable no significa que todos sus individuos sean morfológicamente idénticos. De esta manera, los seres vivos pueden llegar al estado de “estabilidad dinámica” que he propuesto un poco más arriba, donde varían en comportamiento y forma, pero de un a manera regular y controlada sin evolucionar propiamente. Quizá Aristóteles se nos adelantó también en este punto, cuando afirmó que cada ser recibe los órganos que necesita y es capaz de usar 8.

Para terminar el tratamiento de esta dificultad creo importante tener en cuenta una cuestión que ha surgido en el ejemplo de las Daphnia: la conducta.

La conducta es una cuestión clave en la adaptación del ser vivo a su medio, es especialmente crucial cuando se trata de organismos sofisticados como los mamíferos y las aves. Y es que una vez desarrolladas las capacidades de procesado de información suficientes, el animal es capaz de cambiar su manera de interactuar con el medio, y esto se puede dar como algo meditado o mediante un proceso de prueba y error. Además, la conducta funciona de manera parecida a la herencia genética en el contexto de la evolución y la selección natural. La conducta que resulte más eficiente para la supervivencia y reproducción será enseñada a las siguientes generaciones; si una conducta no resulta ventajosa o no es lo suficientemente eficaz, será eliminada por la selección natural. (También será eliminada si el progenitor no es capaz de transmitir las costumbres y comportamientos a sus crías, independientemente de la eficacia de la conducta en sí). Por tanto, la adaptación de las especies se da en dos niveles distintos pero conectados. El primer nivel es el de la variación genética con consecuencias morfológicas. El segundo nivel es el de los cambios y la transmisión de conductas, que funcionan sobre la base proporcionada por el primer nivel de adaptación

Una vez analizadas estas tres dificultades, resulta evidente que la cuestión de la evolución es muy técnica y sofisticada. Es cierto que es inmensa la cantidad de datos e investigaciones realizadas, pero todas estas carecen de significado por sí mismas. Por eso es la filosofía de la naturaleza la que debe tomar aquí las riendas y dar coherencia a todos los estudios, de manera crítica, y con la comprensión del mundo como objetivo último. En esto se centrará la conclusión de este ensayo.

Debemos, pues, entender la evolución como un proceso. Pero no como un proceso único y lineal en una dirección, pues no tiene un objetivo concreto y último. Es un proceso complejo, podríamos decir que en realidad es un proceso de procesos, siendo estos procesos menores muy variados, pero igualmente importantes y conectados entre sí. Algunos de estos procesos son los que se han expuesto arriba: variación genética; hibridación; estabilización, tanto en los casos de stabilomorphs como en los de “estabilización dinámica” y la adaptación de la conducta. Lo que decide si todos estos procesos tienen éxito o no es la selección natural. Esto significa que todos los procesos que hemos visto en una especie están enmarcados en las condiciones ecológicas del entorno, tanto las geológicas y climáticas como las impuestas por el resto de especies vivientes.

En resumen: la evolución es un conjunto de procesos de adaptación muy distintos interconectados, cuyo fin es únicamente la supervivencia, no solo la del individuo sino la de la especie. La evolución es la lucha de la vida contra la muerte, en el sentido más amplio posible. Es la lucha contra la muerte que trasciende a la misma muerte, pues se propaga en el tiempo. No estamos hablando de la vida del individuo, sino de la vida en general, el conjunto de los seres vivos al completo.

Según todo esto, la evolución es una lucha por la supervivencia, como diría Darwin un struggle for life; pero no es individual, es por la supervivencia de la vida en sí.


1 Darwin: On the Origin of Species. Cap VI.1: On the Absence or Rarity of Transitional Varieties

2 Algunos ejemplos importantes son: Archaeopteryx, Ambulocetus y Tiktaalik

3 Recapituladas en: Hoyle, Wickramasinghe: Archaeopteryx, the Primordial Bird: A Case of Fossil Forgery (1986)

4 Alan J. Charing: Archaeopteryx is not a Forgery. (1985) (doi:10.1126/science.232.4750.622)

5 Peter R. Grant, B. Rosemary Grant: 40 Years of Evolution Darwin’s Finches on Daphne Major Island, parte IV Cap.10

6 Jacques Monod: Le Hasard et la Nécessité

7 Le Hasard et la Nécessité Cap I.3

8 Aristóteles: De Partibus Animalium Libro IV: 687 a10

9 Błazej Błazejowski: The Horseshoe Crab of the Genus Limulus: Living Fossil or Stabilomorph? (2014) (doi:10.1371/journal.pone.0108036)

10 Mark Christjani: Phenotypic plasticity in three Daphnia genotypes in response to predator kairomone: evidence for an involvement of chitin deacetylases (2016) (doi:10.1242/jeb.133504)


BIBLIOGRAFÍA:

Darwin: On the Origin of Species 6TH edition - https://ia802707.us.archive.org/10/items/6edoriginspecies00darwuoft/6edoriginspecies00darw uoft.pdf

Hoyle, Wickramasinghe: Archaeopteryx, the Primordial Bird: A Case of Fossil Forgery (1986) https://archive.org/details/archaeopteryxpri0000hoyl/page/4

Alan J. Charing: Archaeopteryx is not a Forgery. (1985) (doi:10.1126/science.232.4750.622) https://dacemirror.sci-hub.tw/journal- article/ece874994439aadabc59b47a1247b64d/charig1986.pdf

Peter R. Grant, B. Rosemary Grant: 40 Years of Evolution Darwin’s Finches on Daphne Major Island https://www.amazon.com/40-Years-Evolution-Darwins-Finches- ebook/dp/B00I14UUTS/ref=tmm_kin_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=&sr=#reader_B00I1 4UUTS

Jacques Monod: Le Hasard et la Nécessité https://monoskop.org/images/9/9d/Monod_Jacques_Le_Hasard_et_la_necessite.pdf

Aristóteles: De Partibus Animalium https://archive.org/details/completeworksofa0000aris/page/6

Błazej Błazejowski: The Horseshoe Crab of the Genus Limulus: Living Fossil or Stabilomorph? (2014) (doi:10.1371/journal.pone.0108036) https://journals.plos.org/plosone/article/file?id=10.1371/journal.pone.0108036&type=printabl e

Mark Christjani: Phenotypic plasticity in three Daphnia genotypes in response to predator kairomone: evidence for an involvement of chitin deacetylases (2016) (doi:10.1242/jeb.133504) https://cyber.sci-hub.tw/MTAuMTI0Mi9qZWIuMTMzNTA0/christjani2016.pdf